Reina de la noche;
hoy como otras veces,
tu silencio es un maleficio
que inspira a mis deseos
y mis manos,
a danzar con el corazón.
Dulce y solitaria luz;
¡Deja de esconderte en el celaje!
y hacer presa tuya
a las voces y aullidos
de la oscuridad;
que son mis sentidos los que te buscan;
Oh hechizada claridad;
se tu esa daga que desangra mis lamentos
¡Se mi Sabatier!
que la vaina que arropa tus sonrisas
yo sere,
como ese Romeo que no ha muerto.
Ángel endemoniado;
hoy como otras veces,
la noche se ha cubierto de estrellas
y su sobriedad me embriaga,
pero si tu quieres; acaso en estos días,
volver a visitar mi ventana,
a ese abismo opaco saltare;
y aunque no prometo omitir esos detalles;
esos que me convierten en humano;
solo con la ilusión de mi condena,
me alzare a los astros que sacuden el cosmos;
en busca de tí.
No comments:
Post a Comment