LA AUSENTE RAZÓN
El corazón me ha dicho que te escriba;
pero la duda de tu ausencia
deja sombras en mi pensamiento;
una eclipsante incertidumbre en mi razón.
Aun así, como poseído por las mieles de lo irracional,
las palabras se organizan,
como si estuvieran corriendo por la sangre,
cargando voces a sus espaldas,
mientras retumban en mi poco entendimiento;
que solo ve lo negro,
eso que me has hecho, eso que he dejado;
envenenarme el juicio.
Lo que queda de discernimiento grita,
«¡te roba la conciencia, el sueño y la amargura!»
y me pregunto, ¿Que mas mal podría hacer?
es tal como cual somnífero para el dolor.
A pesar de todo, el corazón me ha dicho que te alague;
y sus ecos que parecen como dilatar la cordura, dicen,
«No temas, mi querida, fiel y rígida costumbrista,
a veces la lógica resulta mas irreal»
Y la realidad como callada, deja un silencioso frío
de discusiones morales mas que emocionales;
nadie gana ni pierde, solo un susurro como sin esperanza,
me dice que no la deje ir...