Recientemente, ya hace un poco mas de un mes, falleció mi abuela. Ella fue como una segunda madre la cuál me crió por mas de 20 años y sentó una gran parte de mi base moral. Murió, diría yo, achacada por los estragos que dejó un cáncer y bueno, otras cosas más que no conciernen a este post.
En lo que a mi filosofía de vida se refiere, la muerte ha sido un pensamiento rezagado dada su condición natural, es decir, es algo inevitable; por lo que podría decir, hasta cierto punto, que no le temo a la muerte. Sin embargo, últimamente a mi alrededor he visto muertes relacionadas con cáncer y mi mente ha empezado a evocar todo lo que me han contado sobre esas vidas dolorosas antes de morir y he comenzado a sentir temor, no ha morir, pero si a un dolor intenso antes de ello.
El abuelo de una amiga tiene cáncer y en una conversación que tuvimos me comentaba sobre el dolor que ha supuesto sobre su abuelo la enfermedad, cuyo final es solo uno, la muerte. El pensar en ese camino doloroso a morir me ha hecho ver aquello en lo cuál no había querido pensar o mas bien aquello a lo cuál no quería llegar a una conclusión. La situación involucra envejecer, el enfermarse y el morir.
Dada la muerte de mi abuela y muchas cosas en torno a ella no se me hizo difícil notar una especie de temor en mi madre por el envejecer, el envejecer solo.
Objetivamente hablando, uno no podría arrastrar a sus hijos como parte de su envejecimiento, aun así, esto tiene un fuerte componente moral que, en mi caso, no podría dejar pasar por alto. Es que sino son los hijos, un padre o una madre, a parte de tenerse a ellos, ¿a quien mas tienen?
He escuchado de parejas que envejecen juntas de manera satisfactoria, pero creo que esto, a medida que pasa el tiempo, va a tornarse en que la gente termina viviendo y envejeciendo solo/a; cosa que no creo que este mal de ninguna manera, sin embargo creo que el envejecer solo, es un poco diferente (dependiendo de la persona), no por el hecho de estar solo, sino por que no se pueden hacer las mismas cosas que antes eran un juego de niños. La edad no viene sola; ella arrastra consigo todos los abusos, por exceso y por defecto, que hemos cometido, el estilo de vida y hábitos que forman parte de nuestra vida.
Por otro lado, envejecer es como volver a ser niño; se necesitan pañales (literalmente) y mucha paciencia, lo que, muchas personas podrían ver como una carga, con lo que acceden a ideas como las de un asilo. Entonces uno (siendo el que envejece) terminaría, a mi forma de pensar, en un triste camino hacia morir.
Esto me pone a reflexionar en que si bien hay que vivir la vida y no estar ansioso por el futuro que no ha llegado, en que hay que pensar en esa etapa de envejecer; ya sea, por poner un ejemplo, en tener ahorros destinados exclusivamente a esa etapa o algún otro tipo de medida. De alguna forma u otra, en muchas ocasiones, siento que hay que sentar cabeza con lo que a ello respecta.
Envejecer pasa en cada momento, en cada instante, sin embargo, aclaro que cuando me refiero a envejecer en este texto, hago referencia a ese ultimo capitulo del libro de la vida de cada quien, partiendo del hecho de que se llega a una edad tal que uno puede decir que ha vivido lo suficiente.
Admito que tengo cierto temor a envejecer, no por el hecho de envejecer, mas bien a envejecer de una "mala" manera. Pero el miedo no es malo, el miedo nos pone a pensar y en el mejor de los casos a tomar acción.