Saturday, April 27, 2013

Si, ya lo sabía

- Hola
-- Hola
- Tu eres un muy buen amig@ y sé que puedo confiar en ti, tengo un problema, estoy preocupad@
-- Cuentame, ¿qué sucede?
-  Resulta que....
-- Ah, ya veo, es algo de cuidado, pero por que no haces esto...
- Ya lo había pensado, pero sucede que...
-- Bueno, lo que creo que está pasando es que...
- Si, ya lo sé y la verdad es que eso mejor no...
-- Entonces haz esto...
-  No, eso no creo que funcione...
-- Sabes, si ya has pensado en todo eso, ¿para qué me preguntas?
- ...

Creo que en algún momento hemos sido alguno de esos personajes, y lo entiendo, hay veces que tan solo se quiere hablar y nada más. Sin embargo, dentro de nosotros buscamos una respuesta milagrosa a un problema o situación al cual ya le hemos encontrado solución.
Me he dado cuenta que el ser humano siempre ha sabido que hacer, dentro de si sabe que es lo que tiene que hacer, a pesar de ello, acude a una segunda opinión esperando algo diferente, pero recalcando que ya ha pensado en todo y la típica frase (o afines): Si, ya se.

No creo que esto ocurra con todas las personas, pero en la mayoría creo que se resume a una simple falta de decisión, a un miedo por tomar decisiones por sí mismo. Nos criamos en un mundo en donde acostumbran a la gente a que no tiene que pensar mucho para decidir, que muchas cosas ya están decididas y poco a poco se olvidan de desarrollar esa habilidad que cuando llega el momento simplemente se paralizan. A pesar de todo, instintivamente nuestra mente genera suficientes ideas para llegar a una posible solución, pero el miedo a arriesgar opaca todo y ahí es cuando recurrimos a alguien más para tener a quien culpar si algo sale mal.

Ahora, no es que esté en contra de que uno consulte a alguien más o que acuda a una segunda opinión, pero quisiera dar una sugerencia: Hágase el favor de no perder su tiempo consultando a personas si usted ya tiene la respuesta, no pierda el tiempo y haga lo que tiene que hacer, sea capaz de asumir las consecuencias de sus actos.


Tuesday, April 9, 2013

Disculpa, ¿200 años de que?


Se me ha hecho inevitable escribir respecto al Bicentenario de mi ciudad, Barranquilla, ocurrido el pasado 7 de Abril de 2013, dado que poco he visto de lo que para mi es la realidad de la ciudad.


Días previos a la fecha observaba por las redes sociales todo el orgullo de ser costeño y tener ese aire caribeño y mucho mas ser de Curramba, "el mejor vividero del mundo"; claro, es que estamos en la ciudad más alegre de Colombia, el país más "feliz del mundo"; y me pregunto, ¿qué persona con lo mínimo de conciencia se ha creído todo ese cuento?, sin embargo, parece que el simple hecho de ser esa ciudad alegre, llena de una calidez de personas, es suficiente para tapar la verdad que observo cada día en esta ciudad.


Es totalmente natural, a mi parecer, sobreponerse a las dificultades con una cara alegre, porque estando en un estado de preocupación sería más difícil pensar y tomar decisiones. Pero, lo que observo, en una gran cantidad de personas, es un estado de alegría que permite olvidarse, mas bien zafarse, de los problemas que ocurren en esta ciudad y vivir en un estado de ignorancia en donde en la medida que hayan más excusas para alimentar esa felicidad, mejor la vida será. Casos son: las victorias de la selección Colombia, saber que somos la ciudad más feliz, el autoengaño de decir que somos el mejor vividero del mundo y por supuesto, el Bicentenario.


Es increíble, aunque poco a poco me doy cuenta que no tanto, como las personas de esta ciudad pueden meterse en una capsula de felicidad que les ayuda a no mirar lo que está pasando a su alrededor y convertirse en egoístas. Fácilmente podría acercarme a alguien y preguntar: disculpa, ¿son 200 años de qué?.
Yo puedo responder a ello: Son 200 años de ignorancia inducida, de falta de cultura ciudadana, de dejadez cívica, pero también de carnavales y alegría, de son costeño y guepaje.

Si bien no quiero parecer un tipo pesimista, prefiero ser más realista. Es que hay que ver el estado de la ciudad que se traduce en la gente, mal servicio al cliente, personas demasiado "chavacanas" hasta el punto de no tomar en serio los negocios, jefes que balbucean vulgaridades, una "elite" que trata de "chusma" a toda esa gente ignorante, perdón, “alegre” y dirigentes que creen que el progreso está en la cantidad de construcciones y cemento que contiene la ciudad.


Para predecir la conducta futura, hay que observar el comportamiento pasado, parafraseando lo que decía un psicólogo en una película que vi recientemente y como lo discute E. H. Carr en su libro ¿Que es la historia? sobre como las personas son el producto de la historia y sus acciones están condicionadas por el pasado y como siendo consciente del presente es que se puede romper esa cadena e influenciar en el futuro. Por eso, si me preguntan nuevamente sobre el Bicentenario, solo puedo decir que mirando lo que somos ahora, no creo que sean 200 años que celebrar, sino el momento de empezar a actuar.

 Lo anterior es una opinión basada en mi experiencia y en como percibo mi entorno, si bien hay muchos temas tocados en los que se puede ahondar, prefiero no discutirlos de momento.

Sunday, April 7, 2013

La idea de reafirmar los sueños

Hoy, como un arranque de esos que tienen las personas, he vuelto a escribir en el blog, lo que no implica que haya dejado de escribir (pronto haré mas updates) y el hecho de que haya escrito tiene mucho que ver con lo que estas líneas quieren expresar.


Me encontraba en un centro comercial, miré a mi alrededor, gente "feliz", digamos que "bien vestidas" (casi todos con la misma moda mas reciente que hay), comiendo, en cine, etc. Yo estaba en lo mismo y los observaba detenidamente, miraba sus expresiones y me pregunté ¿es esto lo que quiero?; digamos que las cosas están "mejorando", mas bien, una mejora financiera, he podido realizar gastos de los que antes me privaba frecuentemente, ahora "visto mejor", etc. ¿Y eso me hace diferente al resto de personas que están en ese momento ahí?, a lo que inmediatamente respondí: Claro!, cada persona es diferente en sí, cada quien tiene sus sueños y conciencia. Aunque ya lo sabía, tenía que volver a responder la pregunta.

En ese punto fue cuando me recordé a mi mismo que tengo sueños y ahí es cuando pienso que siempre hay que estar reafirmando los sueños, porque sino uno se duerme en ellos. Hay que establecer siempre que se pueda la diferencia entre soñar y estar despiertos, soñar es dormirse en los sueños, estar despierto es vivir en los sueños.

La necesidad de reafirmar el sueño (o todos los que se tengan, aunque creo que debe haber prioridades) es como pellizcarse para saber si se está soñando. Ese pellizco puede ser preguntarse ¿que estoy haciendo? y de ahí se desencadena una secuencia de imágenes depresivas que me muestran que para realizar esa pregunta tengo que estar dormido y que hay que hacer algo para volver a despertarse. Eso acarrea lo que llaman decisiones, que para algunas personas (como yo) siempre duran un cierto tiempo, es decir esa energía de querer despertarse hace que se hagan cosas que se "deben" hacer pero luego volvemos, como al final del día, a dormir.

Es por eso que reafirmar los sueños es una de las pocas maneras (estoy en busca de las otras) de estar despierto.